Ruta 3 Argentina (Buenos Aires a Ushuaia)
Cuando llegué me miraron raro. Era lógico. Este quién diablos es, quién lo invitó. Ustedes ya saben el cuento, me invitó Rubinho, su familia dijo sí, "don uorri que todo perfect", pero el resto del grupo no tenía ni idea. Y como siempre las presentaciones, el quién soy, el qué diablos hago aquí, mucho gusto, el placer es mío y la cosa apenas comienza. Ruta 3 from Buenos Aires to Ushuaia, 9 vehículos, incluyédome, 18 personas.
(Me da como tedio contar las cosas en perspectiva, mirándolas borrosas y lejanas por el espejo retrovisor, pero bueno, igual sorry si omito nombres, personas, conversaciones. Además con mi memoria. Ustedes ya me conocen).
Partimos de Buenos Aires y yo la verdad no quería irme. Allí había conocido dos chicas hermosas: Gloria, porteña, tan delicada, tan tranquila, tan divertida, con esa nalga fantástica, Glorita, lo bien que lo pasamos con nuestras sombrillas Burberry por la Avenida Figueroa Alcorta, lo que nos reímos dividiendo galletitas entre 3. Y Roxy from Locombia, una de las senseis detrás de www.populardelujo.com, enamorada de la cultura popular, linda y saliendo de una crisis amorosa que la hacía aún más interesante. En fin, tocó dejarlas y comenzar el viaje. Y ya saben que cuando llegué me miraron raro.
Avanzar kilómetros, salir por los suburbios de Buenos Aires, barrios polvorientos donde un tal Santillán - no Manuel Santillán, el León, sino otro - es casi un Dios: resulta que es un piquetero, un "protestista", para algunos simplemente un agitador profesional encargado de movilizar personas o idiotas según se mire. O que se encargaba de eso, porque según parece lo mataron. No se. No pude averiguarlo. Barrios en las afueras de Buenos Aires, la vida en la pobreza y las dificultades, para luego llegar a Mardel, que es como llaman a Mar del Plata, a unos 400 kms, ciudad de 400 mil habitantes, playas súper pobladas y paparazzis sueltos revoloteando sobre las estrellas de la farándula y el fútbol, esperando ver alguna modelito en topless, ellas también esperando que las vean para ser portada del mes, esperando las idioteces que religiosamente hacen los futbolistas cuando están borrachos, ellos esperando no encontrarlos porque saben que es mejor el amor de un estadio que el odio de un fotógrafo con 300 de zoom. En fin, nosotros somos algo parecido, sólo que somos shaolines shooting all the time. Mardel, Paparazzi City, pero ahora no es la gran cosa. Mejor Necochea, playita tranquila. Mil veces mejor Miramar, playita high class y como a unos 50 o 100 kms los campos de girasoles, magníficos. Pero en Mardel estuvimos, allí hicimos camping, allí la pasamos bien para luego partir hacia Puerto Madryn y Puerto Pirámide en la Península Valdés, todo en una jornada maratónica, suicida, agotadora de 1100 kilómetros y unas 17 horas de auto para llegar, pura pampa desolada, pampa desértica, alguna vez un zorro o un armadillo huyendo del sol para al final llegar y ver casi un paraíso.
Está bien. Se que la cosa suena exagerada. Si, ustedes pueden decir que miento, que soy un hijodeputa bocón, pero no estuvieron allí y yo sí y si alguien se opone entonces le va una maldición de siete años de mal sexo, porque Puerto Madryn es hermoso a pesar del viento incansable que sopla desde el mar hacia la costa, es hermoso a pesar de tener que barrer la casa 6 veces al día de tanta arena que le entra, es hermoso a pesar de que yo no resistiría vivir ahí por más de 20 días. Tendrían que haber visto como el sol sale del mar en las mañanas, tendrían que haber visto los bikinis de las chicas, tendrían que ver la calle de Alfonsina Storni yéndose con su soledad y ver como tomé esa foto pensando en mi madre, tendrían que haber cenado en el restaurante donde van los famosos y donde Rubinho y yo fuimos los seres más anónimos y cutres del mundo pero igual comimos fantástico. O digamos comí, porque Rubinho lo que quería era cagar y eso hizo y parece que lo disfrutó tal y como debe ser, hizo de ese un momento un momento de relax por el cual ahora entiendo que cagar es mejor que ir a un spa. Al menos en ciertos momentos. En fin, terminé hablando mierda que para muchos no tiene nada de hermoso pero si les aseguro que todos concordamos en que cagar es bueno para el cuerpo y el alma. El cuento es que ustedes no vieron lo que yo ví: el mar en Puerto Pirámide, en la Península Valdés. Absolutamente frío. Absolutamente verde y transparente. Y como era lógico, yo no pude resistirme, no quise almorzar con los demás y me fuí a nadar. O a ahogarme, no se. Algo mío quedó en el fondo del mar, y no fue mi pantaloneta dado que siempre soy tan pudoroso. Como siempre ahí estoy yo que no mido las consecuencias. Igual me eché al mar y el momento me quedó para siempre. Ahí tá la foto. Delicioso. Y luego las fotos de las señales, de los pinguinos a 100 metros, del silencio para no despertar a los leones marinos. Que espectáculo. Yo no les había contado pero para mis próximas reencarnaciones quiero ser león marino: sólamente dormir, tomar el sol en la playa, meterte al mar y pescar un rato para luego volver a broncearte y a dorar la panza. Eso es vida. Sólo que según Rubinho ese momento aún está lejos. Él dice que soy un gusano, un bicho, y tiene parte de razón así que me faltan como 75 reencarnaciones para vivir la vida que quiero. Que remedio, así son las cosas y no voy a ser león marino al menos por un buen tiempo, cuando llegue a las playitas de Uruguay o Brasil. Van a ver que llega mi desquite kármico y que reencarno todo lo que necesito en una noche, todo justo para no hacer nada y dormir en playa, preferiblemente viendo el mundial. Qué decía? Ah, si. Puerto Pirámide. Tanta arena golpeándote, tan verde el agua. Que lugar. Pero Fabiana Cantillo igual ya dijo que "nada es para siempre, nada es para siempre". Y el Enrique Búnbury también dijo lo mismo aunque no recuerdo muy bien: "voy a quedarme aqui, en la orilla del presente", viendo como 35 pesos argentinos me mostraron una de las playas más fantásticas de la vida. A pesar de lo pequeña. A pesar de lo fría. A pesar de lo irascible del viento. Ahora que lo pienso esa playa era como tantas mujeres que he amado, transparente, profunda y al final divertida. Un verdadero misterio que no olvidé en todo el trayecto hacia nuestro siguiente destino: Comodoro Rivadavia, alias Comodoro.
No recuerdo cuantos kilómetros fueron. Quizá 600. Igual no valieron la pena porque Comodoro era como su nombre: horrible, con playas feas y en la avenida costanera un montón de cañones de la Guerra de las Malvinas, en la que Argentina quedó segunda, como ustedes saben. El cuento es que no recuerdo nada de Comodoro, salvo su nombre y sus calles empinadas. El cuento es que llegamos a la hora de la siesta: de 1 a 4 de la tarde Argéntina está dormida. Y bueno, llegamos y nos fuimos al día siguiente con destino a Río Gallegos, unos 800 kms hacia el sur, más allá del paralelo 50 en latitud Sur, que si ustedes tienen un mapamundi, un atlas, un GPS o una buena memoria para la geografía, entenderían que es algo así como estar más allá de los Grandes Lagos en el Canadá. En fin, la puta mierda. Y como Comodoro era horrible, paramos en Rada Tilly e hicimos camping en un lugarcito fantástico, el Camping de Daniel, donde los argentinos una vez más me hicieron sentir feliz con la belleza de algunas de sus costumbres. Esta vez la de los carro casas, los carros rodantes que les llaman, las veloces liebres de motor, los pequeños caracoles de 4, 6 u 8 llantas, perfectos para vagar por el mundo y ustedes ya saben que yo prefiero vagar así: "Por la vastedad del vacío vagan ciegas las nubes de la tarde", gracias Neruda, gracias Valparaíso por tus estrellas rotas. Y sí, las casas rodantes. Brillantes. Independientes. Autosuficientes. Cuando sea grande voy a comprarme uno y voy a ponerle una bola de disco colgando del techo y voy a ponerle sonido cuadrafónico, ya van a ver, para que suene 1000 veces "Under my thumb" así como todo lo viejo de los Rolling Stones mientras me duermo al volante, mientras parpadeo un segundo o una eternidad. Casa rodante, hermosa costumbre argentina.
El siguiente destino era Río Gallegos, justo antes del Estrecho de Magallanes. Pero antes pasamos por un pueblito bonito, San Julián, donde se celebró la primera misa católica en Argentina. Yo se que es un dato bien freak, lo acepto, pero que mierdas, eso se me quedó grabado. Ah, también recuerdo la réplica del barco de Hernando de Magallanes, que está en el puerto de este lugar, pudriéndose a la intemperie, realmente hermosa la imagen y por fortuna tomé una buena fotoponchera de Rubinho sobre el barquito. Increible Magallanes. En esa canoa de 50 metros de largo darle la vuelta al mundo. Un suicida, un aventurero real, un tipo que admiré mientras comíamos nuestro almuerzo mirando el mar.
Pero en Río Gallegos no paramos. En fin. Creo que estoy confundiendo los lugares. Creo. Igual ustedes me conocen, creo que es la frase que más digo y ustedes saben como soy, así que no confíen mucho en mí ni en mi memoria ni en mi capacidad de olvido. No paramos en Río Gallegos o si paramos, pero igual ya Argentina no era, era Chile, porque los chilenos en los 80's le quitaron un pedazo a Argentina y ahora todo el estrecho de Magallanes es chileno, todo el tráfico para cruzar de un lado al otro pasa por las aduanas chilenas, por las arcas chilenas, hasta el último tomate argentino que quiera pasar el estrecho debe pagar impuestos a Chile y claro los argentinos se enojan y tienen razón, porque para un tomate o para un camionero o un transportista es difícil tener todo el dinero que valen las aduanas y son difíciles las horas de espera y de trámite y de mal humor chileno. En fin, el estrecho lo cruzamos y el momento fue raro, algo así como feliz y melancólico, porque mientras avanzávamos yo sabía que pronto llegaría a mi límite, que pronto llegaría lo más al sur posible y que por lo tanto comenzaría mi viaje de regreso a casa, con la felicidad de ver a mi familia, a mis amigos, a mi ciudad y con los ojos insaciables pidiéndome quedarme para ver más lugares de fábula.
Hablando de asuntos de fábula, pero esta vez por el lado cómico o malo, por el lado de las pesadillas, sería imposible no mencionar el paso entre aduanas, el zigzag entre Argentina y Chile, el pingpong entre países con las horas de espera y los cambios de temperamento entre los oficiales de ambos lados: amabilidad en uno, mal genio en el otro, camaradería en uno, lejanía en el otro, conversaciones en uno, mirar listas de personas desaparecidas o buscadas por la justicia en el otro. Obviamente lo suave fue en Argentina y lo áspero en Chile. Para mí, ese asunto había comenzado en la Aduana Unificada de Mendoza, pero se volvió ridículo aquí en el sur: había días en que hacíamos 4 aduanas, la verdad algo casi insoportable, con los trámites y formatos que siempre había que llenar, con los riesgos asociados de perder mi pasaporte por dejarlo olvidado por ahí, con la pereza de hacer filas de al menos una hora, con los almuerzos de sánduche frío, a veces con los días sin almuerzo porque el sistema siempre se caía cuando llegábamos nosotros. Contando mal y a las carreras, en mi pasaporte tengo 12 sellos de entrada y salida de Argentina y Chile, realmente freak el asunto. Una vez estando con Rubinho hablamos con un oficial chileno que nos preguntó que tal nos habían tratado, a lo cual yo con mi característica estupidez que pretende ser honestidad, le dije que en Argentina todos son muy amables mientras en Chile nos tratan siempre con patadas en el culo. Aunque seguramente con otras palabras, la verdad es que el tipo seguro estaba acostumbrado a ese tipo de respuestas, por lo cual simplemente sonrió y dijo que "no los juzgáramos mal, que les diéramos oportunidad, que ellos eran amables, que con unos traguitos seguro tomaban confianza". Ahora entonces descubro que para cruzar una aduana chilena lo mejor es tener un minibar en la mochila.
Hasta que llegamos a Ushuaia.
Para algunos desde Bogotá fueron más de 12 mil kilómetros. Verdaderos apasionados o verdaderos locos. O los dos. Para mí desde Buenos Aliens, sólo 3000. Gracias al sponsorship de Felipe Rubio y Hugo, su papá, que además tiene un sentido del humor fantástico. Hasta que llegamos por fin luego de carreteras, bulonerías, gomerías, estaciones de nafta (YPFs Petrobras EG3s), luego de millones de señales de kilometraje, luego de vientos y soles hasta las 10 pm, luego de ver 1000 altares al Gauchito Gil - que aún no se quien es, luego de todo y siempre a unos 100 kms por hora, viviendo la vida de la velocidad, la vida de los campings y de las conversaciones por radio - tendrían que oír la Emisora rodante Doble y Bajo 4 x 4 transmitiendo en la banda de los 2 a 11 metros, tendrían que oír a Salvador Frieri, a La Bruja, a Carlos Saavedra, a Don Guillermo Olarte y a Memito, a Hugo y al gomelo menor así como a su hermanito el Rubinho, todos genios. Gracias al grupo por permitirme estar.
En Ushuaia la pasamos bien. Yo estuve contento, feliz. No me faltó sino llorar como una reina de belleza. Si me hubieran puesto a elegir dos personas para procrear y salvar la humanidad, seguro hubiera elegido al Papa y a la Madre Teresa. Un asunto dramático verdaderamente. Por su parte, los chicos de la expedición se quedaron en un hotel de 30 dólares y yo en un camping de 10 pesos rodeado de gringos (aquí a los norteamericanos les dicen Yankis), de europeos, de argentinos. A pesar de todo el backpacker glamour que muy acertadamente comenta Rubinho en su blog Sicoactiva - De Viaje, les cuento que allí aguanté frío como un hijodeputa, a pesar de que mi carpa y mi sleeping tienen tecnología como de la Nasa. Allí el lugar era un río pequeño con un bosque de lengas, un bosque nativo que la comunidad ha protegido para que no lo tale una compañía papelera inglesa. Allí la pasé bien. Conocí a Marcela, una porteñita hermosa y a Ruben y su familia, naturales de Rio Gallegos, a unos 200 kms de Ushuaia, quienes me regalaron algo de comida justo cuando lo necesitaba porque no tenía dinero y me invitaron a la casa de su familia en Buenos Aires a pasar y comerme un bifecito de chorizo. Gente adorable la argentina. Incluso aquí en el fin del mundo, aquí en el turístico pueblito de Ushuaia, con su parte rica y con su parte pobre, aquí donde hay movimiento en invierno o verano, en verano por el treking, por las bicicletas, por las compras, por los casi 400 cruceros que llegan al año, en invierno por el ski, por la nieve, por los catamaranes cruzando el canal de Beagle y llegando aún más al sur, gente adorable aunque la nieve cada vez sea menos debido al calentamiento global, gente adorable aunque hasta el limón más pequeño o su amigo el tomatico apachurrao tengan que ser importados directamente desde el continente pagando aduanas, gente adorable aunque todo esté tocado o contaminado por el "marketing del fin del mundo". Todo se llama así. Y si vas por la Patagonia, tdo entonces es patagónico: "Cordero patagónico, Ciervo Patagónico, Asador patagónico, Cemento Patagónico", llevándote a una agonía tal, a un estado "agónico" de saturación y cansancio por la nula creatividad de los nombres. Igual si algún día decido irme a vivir allá y montar un negocio, adivinen cómo se va a llamar. Lógico: "La empanada del fin del mundo". O "La empanada patagónica". La decisión es difícil y aún estoy cavilando el asunto. Quizá pida ayuda al Petiso Orejudo, quizá el sicópata más reconocido de la prisión de Ushuaia.
Hasta que llegamos a Ushuaia. Pasamos Mar del Plata, Puerto Madryn y Puerto Pirámide en la Penìnsula Valdés (que lugares hermosos), Comodoro Rivadavia, Río Gallegos, Río Grande y llegamos a Ushuaia en los 55 grados de latitud Sur. Seguro que olvidé muchos lugares. Seguro. Y ahora hacia arriba, con la nostalgia de no volver por un buen tiempo, con la sensación feliz y melancólica que mencionaba al cruzar por el Estrecho de Magallanes: ahora todo es hacia el norte. Torres del Paine. Calafate. Perito Moreno. Bariloche. Y yo de nuevo Buenos Aliens con soundtrack de Gotan Project tocando El fuego y Vuelvo al sur (comprobé aquelo de "su buena gente, su dignidad"), con soundtrack de Duncan Dhu con su Fin:
. toma la ruta .
. tarde Burberry (Glorita, Rubinho, Fede).
. tú .
. en oferta (Barrio Chino).
. me sonríe .
. cosas en el retrovisor .
. provisiones by La Bruja (para entender esta foto, de clic aquí).
. camping Mardel .
. shaolines shooting all the time .
. shaolines shooting all the time 2 .
. igual que la anterior .
. paparazzi .
. todo OK al sur de Tunja (con cariño pa Saavedra) .
. cruce .
. cruce 2 (ese tipo de imágenes que jamás me cansan) .
. palabras exclusivas del sur: Gomería, bulonería, regalería, dulce de leche y más. (para entender esta foto, de clic aquí).
. playita high class .
. endless fields (campos sin fin) .
. endless fields 2 (campos sin fin 2) .
. formación contra el viento .
. pausa .
. i pe efe .
. península Valdés .
. mi debilidad .
. mi debilidad 2 .
. puerto Madryn .
. junior, chino cool .
. gracias, familia .
. rubio Shaolin .
. something missing .
. atención a los tractores .
. detente muchos años (Viento, Puerto Pirámide, para entender esta foto y lo que significó para mi, de clic aquí) .
. como tantas chicas que he amado .
. something missing 2 .
. no resistirte a las tentaciones .
. el hábitat de los pingüinos .
. mirar los leones .
. Rubinho tomó una mejor, véala dando clic aquí. Ahora que lo veo, tomó como 200 fotos mejores que las mías. Aquí todo el set "Puerto Pirámide" from Sicoactiva.
. van a ver que llega mi desquite kármico .
. el mar va conmigo, mamá .
. wake up .
. parada técnica en carretera (Saavedra y Felipe) .
. elias dice que somos de Colombia, no de Brasil .
. definitivos winners (Eso, realmente eso, es vida. Nada más que decir. Clic aquí para que se asombren) .
. breakfast in San Julián .
. costumbres argentinas .
. aún no se nada del Gauchito Gil .
. la señal es clara .
. baño portátil .
. marcela .
. vamos por puchos, flaca .
. hasta que llegamos (Ushuaia Quilmes. Esta la tomamos sólo para humillar a Juanda) .
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Hi res photos ///// Hi res photos
(Me da como tedio contar las cosas en perspectiva, mirándolas borrosas y lejanas por el espejo retrovisor, pero bueno, igual sorry si omito nombres, personas, conversaciones. Además con mi memoria. Ustedes ya me conocen).
Partimos de Buenos Aires y yo la verdad no quería irme. Allí había conocido dos chicas hermosas: Gloria, porteña, tan delicada, tan tranquila, tan divertida, con esa nalga fantástica, Glorita, lo bien que lo pasamos con nuestras sombrillas Burberry por la Avenida Figueroa Alcorta, lo que nos reímos dividiendo galletitas entre 3. Y Roxy from Locombia, una de las senseis detrás de www.populardelujo.com, enamorada de la cultura popular, linda y saliendo de una crisis amorosa que la hacía aún más interesante. En fin, tocó dejarlas y comenzar el viaje. Y ya saben que cuando llegué me miraron raro.
Avanzar kilómetros, salir por los suburbios de Buenos Aires, barrios polvorientos donde un tal Santillán - no Manuel Santillán, el León, sino otro - es casi un Dios: resulta que es un piquetero, un "protestista", para algunos simplemente un agitador profesional encargado de movilizar personas o idiotas según se mire. O que se encargaba de eso, porque según parece lo mataron. No se. No pude averiguarlo. Barrios en las afueras de Buenos Aires, la vida en la pobreza y las dificultades, para luego llegar a Mardel, que es como llaman a Mar del Plata, a unos 400 kms, ciudad de 400 mil habitantes, playas súper pobladas y paparazzis sueltos revoloteando sobre las estrellas de la farándula y el fútbol, esperando ver alguna modelito en topless, ellas también esperando que las vean para ser portada del mes, esperando las idioteces que religiosamente hacen los futbolistas cuando están borrachos, ellos esperando no encontrarlos porque saben que es mejor el amor de un estadio que el odio de un fotógrafo con 300 de zoom. En fin, nosotros somos algo parecido, sólo que somos shaolines shooting all the time. Mardel, Paparazzi City, pero ahora no es la gran cosa. Mejor Necochea, playita tranquila. Mil veces mejor Miramar, playita high class y como a unos 50 o 100 kms los campos de girasoles, magníficos. Pero en Mardel estuvimos, allí hicimos camping, allí la pasamos bien para luego partir hacia Puerto Madryn y Puerto Pirámide en la Península Valdés, todo en una jornada maratónica, suicida, agotadora de 1100 kilómetros y unas 17 horas de auto para llegar, pura pampa desolada, pampa desértica, alguna vez un zorro o un armadillo huyendo del sol para al final llegar y ver casi un paraíso.
Está bien. Se que la cosa suena exagerada. Si, ustedes pueden decir que miento, que soy un hijodeputa bocón, pero no estuvieron allí y yo sí y si alguien se opone entonces le va una maldición de siete años de mal sexo, porque Puerto Madryn es hermoso a pesar del viento incansable que sopla desde el mar hacia la costa, es hermoso a pesar de tener que barrer la casa 6 veces al día de tanta arena que le entra, es hermoso a pesar de que yo no resistiría vivir ahí por más de 20 días. Tendrían que haber visto como el sol sale del mar en las mañanas, tendrían que haber visto los bikinis de las chicas, tendrían que ver la calle de Alfonsina Storni yéndose con su soledad y ver como tomé esa foto pensando en mi madre, tendrían que haber cenado en el restaurante donde van los famosos y donde Rubinho y yo fuimos los seres más anónimos y cutres del mundo pero igual comimos fantástico. O digamos comí, porque Rubinho lo que quería era cagar y eso hizo y parece que lo disfrutó tal y como debe ser, hizo de ese un momento un momento de relax por el cual ahora entiendo que cagar es mejor que ir a un spa. Al menos en ciertos momentos. En fin, terminé hablando mierda que para muchos no tiene nada de hermoso pero si les aseguro que todos concordamos en que cagar es bueno para el cuerpo y el alma. El cuento es que ustedes no vieron lo que yo ví: el mar en Puerto Pirámide, en la Península Valdés. Absolutamente frío. Absolutamente verde y transparente. Y como era lógico, yo no pude resistirme, no quise almorzar con los demás y me fuí a nadar. O a ahogarme, no se. Algo mío quedó en el fondo del mar, y no fue mi pantaloneta dado que siempre soy tan pudoroso. Como siempre ahí estoy yo que no mido las consecuencias. Igual me eché al mar y el momento me quedó para siempre. Ahí tá la foto. Delicioso. Y luego las fotos de las señales, de los pinguinos a 100 metros, del silencio para no despertar a los leones marinos. Que espectáculo. Yo no les había contado pero para mis próximas reencarnaciones quiero ser león marino: sólamente dormir, tomar el sol en la playa, meterte al mar y pescar un rato para luego volver a broncearte y a dorar la panza. Eso es vida. Sólo que según Rubinho ese momento aún está lejos. Él dice que soy un gusano, un bicho, y tiene parte de razón así que me faltan como 75 reencarnaciones para vivir la vida que quiero. Que remedio, así son las cosas y no voy a ser león marino al menos por un buen tiempo, cuando llegue a las playitas de Uruguay o Brasil. Van a ver que llega mi desquite kármico y que reencarno todo lo que necesito en una noche, todo justo para no hacer nada y dormir en playa, preferiblemente viendo el mundial. Qué decía? Ah, si. Puerto Pirámide. Tanta arena golpeándote, tan verde el agua. Que lugar. Pero Fabiana Cantillo igual ya dijo que "nada es para siempre, nada es para siempre". Y el Enrique Búnbury también dijo lo mismo aunque no recuerdo muy bien: "voy a quedarme aqui, en la orilla del presente", viendo como 35 pesos argentinos me mostraron una de las playas más fantásticas de la vida. A pesar de lo pequeña. A pesar de lo fría. A pesar de lo irascible del viento. Ahora que lo pienso esa playa era como tantas mujeres que he amado, transparente, profunda y al final divertida. Un verdadero misterio que no olvidé en todo el trayecto hacia nuestro siguiente destino: Comodoro Rivadavia, alias Comodoro.
No recuerdo cuantos kilómetros fueron. Quizá 600. Igual no valieron la pena porque Comodoro era como su nombre: horrible, con playas feas y en la avenida costanera un montón de cañones de la Guerra de las Malvinas, en la que Argentina quedó segunda, como ustedes saben. El cuento es que no recuerdo nada de Comodoro, salvo su nombre y sus calles empinadas. El cuento es que llegamos a la hora de la siesta: de 1 a 4 de la tarde Argéntina está dormida. Y bueno, llegamos y nos fuimos al día siguiente con destino a Río Gallegos, unos 800 kms hacia el sur, más allá del paralelo 50 en latitud Sur, que si ustedes tienen un mapamundi, un atlas, un GPS o una buena memoria para la geografía, entenderían que es algo así como estar más allá de los Grandes Lagos en el Canadá. En fin, la puta mierda. Y como Comodoro era horrible, paramos en Rada Tilly e hicimos camping en un lugarcito fantástico, el Camping de Daniel, donde los argentinos una vez más me hicieron sentir feliz con la belleza de algunas de sus costumbres. Esta vez la de los carro casas, los carros rodantes que les llaman, las veloces liebres de motor, los pequeños caracoles de 4, 6 u 8 llantas, perfectos para vagar por el mundo y ustedes ya saben que yo prefiero vagar así: "Por la vastedad del vacío vagan ciegas las nubes de la tarde", gracias Neruda, gracias Valparaíso por tus estrellas rotas. Y sí, las casas rodantes. Brillantes. Independientes. Autosuficientes. Cuando sea grande voy a comprarme uno y voy a ponerle una bola de disco colgando del techo y voy a ponerle sonido cuadrafónico, ya van a ver, para que suene 1000 veces "Under my thumb" así como todo lo viejo de los Rolling Stones mientras me duermo al volante, mientras parpadeo un segundo o una eternidad. Casa rodante, hermosa costumbre argentina.
El siguiente destino era Río Gallegos, justo antes del Estrecho de Magallanes. Pero antes pasamos por un pueblito bonito, San Julián, donde se celebró la primera misa católica en Argentina. Yo se que es un dato bien freak, lo acepto, pero que mierdas, eso se me quedó grabado. Ah, también recuerdo la réplica del barco de Hernando de Magallanes, que está en el puerto de este lugar, pudriéndose a la intemperie, realmente hermosa la imagen y por fortuna tomé una buena fotoponchera de Rubinho sobre el barquito. Increible Magallanes. En esa canoa de 50 metros de largo darle la vuelta al mundo. Un suicida, un aventurero real, un tipo que admiré mientras comíamos nuestro almuerzo mirando el mar.
Pero en Río Gallegos no paramos. En fin. Creo que estoy confundiendo los lugares. Creo. Igual ustedes me conocen, creo que es la frase que más digo y ustedes saben como soy, así que no confíen mucho en mí ni en mi memoria ni en mi capacidad de olvido. No paramos en Río Gallegos o si paramos, pero igual ya Argentina no era, era Chile, porque los chilenos en los 80's le quitaron un pedazo a Argentina y ahora todo el estrecho de Magallanes es chileno, todo el tráfico para cruzar de un lado al otro pasa por las aduanas chilenas, por las arcas chilenas, hasta el último tomate argentino que quiera pasar el estrecho debe pagar impuestos a Chile y claro los argentinos se enojan y tienen razón, porque para un tomate o para un camionero o un transportista es difícil tener todo el dinero que valen las aduanas y son difíciles las horas de espera y de trámite y de mal humor chileno. En fin, el estrecho lo cruzamos y el momento fue raro, algo así como feliz y melancólico, porque mientras avanzávamos yo sabía que pronto llegaría a mi límite, que pronto llegaría lo más al sur posible y que por lo tanto comenzaría mi viaje de regreso a casa, con la felicidad de ver a mi familia, a mis amigos, a mi ciudad y con los ojos insaciables pidiéndome quedarme para ver más lugares de fábula.
Hablando de asuntos de fábula, pero esta vez por el lado cómico o malo, por el lado de las pesadillas, sería imposible no mencionar el paso entre aduanas, el zigzag entre Argentina y Chile, el pingpong entre países con las horas de espera y los cambios de temperamento entre los oficiales de ambos lados: amabilidad en uno, mal genio en el otro, camaradería en uno, lejanía en el otro, conversaciones en uno, mirar listas de personas desaparecidas o buscadas por la justicia en el otro. Obviamente lo suave fue en Argentina y lo áspero en Chile. Para mí, ese asunto había comenzado en la Aduana Unificada de Mendoza, pero se volvió ridículo aquí en el sur: había días en que hacíamos 4 aduanas, la verdad algo casi insoportable, con los trámites y formatos que siempre había que llenar, con los riesgos asociados de perder mi pasaporte por dejarlo olvidado por ahí, con la pereza de hacer filas de al menos una hora, con los almuerzos de sánduche frío, a veces con los días sin almuerzo porque el sistema siempre se caía cuando llegábamos nosotros. Contando mal y a las carreras, en mi pasaporte tengo 12 sellos de entrada y salida de Argentina y Chile, realmente freak el asunto. Una vez estando con Rubinho hablamos con un oficial chileno que nos preguntó que tal nos habían tratado, a lo cual yo con mi característica estupidez que pretende ser honestidad, le dije que en Argentina todos son muy amables mientras en Chile nos tratan siempre con patadas en el culo. Aunque seguramente con otras palabras, la verdad es que el tipo seguro estaba acostumbrado a ese tipo de respuestas, por lo cual simplemente sonrió y dijo que "no los juzgáramos mal, que les diéramos oportunidad, que ellos eran amables, que con unos traguitos seguro tomaban confianza". Ahora entonces descubro que para cruzar una aduana chilena lo mejor es tener un minibar en la mochila.
Hasta que llegamos a Ushuaia.
Para algunos desde Bogotá fueron más de 12 mil kilómetros. Verdaderos apasionados o verdaderos locos. O los dos. Para mí desde Buenos Aliens, sólo 3000. Gracias al sponsorship de Felipe Rubio y Hugo, su papá, que además tiene un sentido del humor fantástico. Hasta que llegamos por fin luego de carreteras, bulonerías, gomerías, estaciones de nafta (YPFs Petrobras EG3s), luego de millones de señales de kilometraje, luego de vientos y soles hasta las 10 pm, luego de ver 1000 altares al Gauchito Gil - que aún no se quien es, luego de todo y siempre a unos 100 kms por hora, viviendo la vida de la velocidad, la vida de los campings y de las conversaciones por radio - tendrían que oír la Emisora rodante Doble y Bajo 4 x 4 transmitiendo en la banda de los 2 a 11 metros, tendrían que oír a Salvador Frieri, a La Bruja, a Carlos Saavedra, a Don Guillermo Olarte y a Memito, a Hugo y al gomelo menor así como a su hermanito el Rubinho, todos genios. Gracias al grupo por permitirme estar.
En Ushuaia la pasamos bien. Yo estuve contento, feliz. No me faltó sino llorar como una reina de belleza. Si me hubieran puesto a elegir dos personas para procrear y salvar la humanidad, seguro hubiera elegido al Papa y a la Madre Teresa. Un asunto dramático verdaderamente. Por su parte, los chicos de la expedición se quedaron en un hotel de 30 dólares y yo en un camping de 10 pesos rodeado de gringos (aquí a los norteamericanos les dicen Yankis), de europeos, de argentinos. A pesar de todo el backpacker glamour que muy acertadamente comenta Rubinho en su blog Sicoactiva - De Viaje, les cuento que allí aguanté frío como un hijodeputa, a pesar de que mi carpa y mi sleeping tienen tecnología como de la Nasa. Allí el lugar era un río pequeño con un bosque de lengas, un bosque nativo que la comunidad ha protegido para que no lo tale una compañía papelera inglesa. Allí la pasé bien. Conocí a Marcela, una porteñita hermosa y a Ruben y su familia, naturales de Rio Gallegos, a unos 200 kms de Ushuaia, quienes me regalaron algo de comida justo cuando lo necesitaba porque no tenía dinero y me invitaron a la casa de su familia en Buenos Aires a pasar y comerme un bifecito de chorizo. Gente adorable la argentina. Incluso aquí en el fin del mundo, aquí en el turístico pueblito de Ushuaia, con su parte rica y con su parte pobre, aquí donde hay movimiento en invierno o verano, en verano por el treking, por las bicicletas, por las compras, por los casi 400 cruceros que llegan al año, en invierno por el ski, por la nieve, por los catamaranes cruzando el canal de Beagle y llegando aún más al sur, gente adorable aunque la nieve cada vez sea menos debido al calentamiento global, gente adorable aunque hasta el limón más pequeño o su amigo el tomatico apachurrao tengan que ser importados directamente desde el continente pagando aduanas, gente adorable aunque todo esté tocado o contaminado por el "marketing del fin del mundo". Todo se llama así. Y si vas por la Patagonia, tdo entonces es patagónico: "Cordero patagónico, Ciervo Patagónico, Asador patagónico, Cemento Patagónico", llevándote a una agonía tal, a un estado "agónico" de saturación y cansancio por la nula creatividad de los nombres. Igual si algún día decido irme a vivir allá y montar un negocio, adivinen cómo se va a llamar. Lógico: "La empanada del fin del mundo". O "La empanada patagónica". La decisión es difícil y aún estoy cavilando el asunto. Quizá pida ayuda al Petiso Orejudo, quizá el sicópata más reconocido de la prisión de Ushuaia.
Hasta que llegamos a Ushuaia. Pasamos Mar del Plata, Puerto Madryn y Puerto Pirámide en la Penìnsula Valdés (que lugares hermosos), Comodoro Rivadavia, Río Gallegos, Río Grande y llegamos a Ushuaia en los 55 grados de latitud Sur. Seguro que olvidé muchos lugares. Seguro. Y ahora hacia arriba, con la nostalgia de no volver por un buen tiempo, con la sensación feliz y melancólica que mencionaba al cruzar por el Estrecho de Magallanes: ahora todo es hacia el norte. Torres del Paine. Calafate. Perito Moreno. Bariloche. Y yo de nuevo Buenos Aliens con soundtrack de Gotan Project tocando El fuego y Vuelvo al sur (comprobé aquelo de "su buena gente, su dignidad"), con soundtrack de Duncan Dhu con su Fin:
Toda tu risa en el fondo del mar
Como en un cuento en el fin del mundo
Nunca sabremos aprender a perder
Nunca seremos ligeros como el aire
Playas vacías frente a los bungalows
Pájaros muertos anuncian la derrota
Gatos oscuros y nadie en el bar
Como en un pueblo en el fin del mundo
Casas vacías y silencio en el mar
Besos dormidos y velas apagadas
Era el verano del 42
Era una historia de amantes olvidados
Como el viento de final de verano
Como en un cuento sin final
Como el viento de final de verano
Como en un pueblo en el fin del mundo
. toma la ruta .
. tarde Burberry (Glorita, Rubinho, Fede).
. tú .
. en oferta (Barrio Chino).
. me sonríe .
. cosas en el retrovisor .
. provisiones by La Bruja (para entender esta foto, de clic aquí).
. camping Mardel .
. shaolines shooting all the time .
. shaolines shooting all the time 2 .
. igual que la anterior .
. paparazzi .
. todo OK al sur de Tunja (con cariño pa Saavedra) .
. cruce .
. cruce 2 (ese tipo de imágenes que jamás me cansan) .
. palabras exclusivas del sur: Gomería, bulonería, regalería, dulce de leche y más. (para entender esta foto, de clic aquí).
. playita high class .
. endless fields (campos sin fin) .
. endless fields 2 (campos sin fin 2) .
. formación contra el viento .
. pausa .
. i pe efe .
. península Valdés .
. mi debilidad .
. mi debilidad 2 .
. puerto Madryn .
. junior, chino cool .
. gracias, familia .
. rubio Shaolin .
. something missing .
. atención a los tractores .
. detente muchos años (Viento, Puerto Pirámide, para entender esta foto y lo que significó para mi, de clic aquí) .
. como tantas chicas que he amado .
. something missing 2 .
. no resistirte a las tentaciones .
. el hábitat de los pingüinos .
. mirar los leones .
. Rubinho tomó una mejor, véala dando clic aquí. Ahora que lo veo, tomó como 200 fotos mejores que las mías. Aquí todo el set "Puerto Pirámide" from Sicoactiva.
. van a ver que llega mi desquite kármico .
. el mar va conmigo, mamá .
. wake up .
. parada técnica en carretera (Saavedra y Felipe) .
. elias dice que somos de Colombia, no de Brasil .
. definitivos winners (Eso, realmente eso, es vida. Nada más que decir. Clic aquí para que se asombren) .
. breakfast in San Julián .
. costumbres argentinas .
. aún no se nada del Gauchito Gil .
. la señal es clara .
. baño portátil .
. marcela .
. vamos por puchos, flaca .
. hasta que llegamos (Ushuaia Quilmes. Esta la tomamos sólo para humillar a Juanda) .
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Hi res photos ///// Hi res photos
More pictures more joy more morphine todo esto y más here, at Flickr.com/photos/federicoruiz/sets. For Hi Res photos, open an Flickr Account and Add me as "New Contact".
Fede!! el 27 estoy ya en Bs As, espero llegar a verte. Besos, Glori.
domingo, febrero 19, 2006
no es posible ocultar la maldita emoción que nos dió verte en el fín del mundo fede, es inmensa la felicidad que sentimos por tí y contigo. leerte en esta ocación fué mil veces mejor que las demás, mirar tus fotos y volverlas a mirar: no se puede ocultar, te admiramos con todo el corazón y estamos seguras que tu vida ya no será la misma. tanto que decirte, nos quitamos el sombrero... carola y viole
viernes, febrero 23, 2007
oi,
que bom ler seus comentários e ver suas fotos. sua visão é mesmo privilégiada.
beijo.
roberta
belo horizonte/mg/brasil
miércoles, febrero 13, 2008
Federico, soy argentina, caí en tu blog de casualidad. Una pena que no se puedan ver las fotos!
Estuve por Tierra del Fuego este verano de 2007 y me encantó tu crónica. Ver cómo los demás nos ven siempre es una revelación.
Saludos desde Buenos Aires.
miércoles, febrero 13, 2008
Hola soy una habitante del culismundis (tierra del fuego), me encantó leer tu crónica del viaje y te aseguro que me arrancaste varias sonrisas.
He recorrido a ruta 3 varias veces por tierra y muchas mas por aire.
Coincido con la impresión que nos dejan nuestros"hermanos"chilenos en cada frontera, trato de pensar que se debe a que nosotros estamos de viaje y ellos quedarán ahí a la espera del próximo vacacionante sonriente que les recuerde su anclaje al escritorio.
Lamentablemente no he podido ver las fotos, ojalá que se solucione.
En cuanto a que todo dice patágonico y solo en defensa del cordero, te diré que es porque los nuestros son los más ricos del país.
Se debe a que los pastos son más salitrosos por el tema de ser una isla y estar rodeados de mar.
Hasta tu próxima visita.
Saludos temperamentales.
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