Inconvenientes técnicos de nivel 3 – Mi puta cabeza
Algo anda mal, como siempre. Luego de 2 días de infierno en Ibarra, por el cuerpo rendido y por los malos tratos que recibí del 80% de las personas con las que traté (el mismo odio que seguramente reciben todos los colombianos aquí, ya que nos consideran una especie de plaga, así como nosotros a los ecuatorianos que casi siempre los mal tratamos en Colombia), me preparaba para partir hacia Quito, esperando que al menos allí el maltrato estuviera compensado con buenos paisajes, terminé dándome cuenta de un detalle: había olvidado las varillas de mi carpa. No sabía si en El Juncal o en Tulcán: inconveniente técnico de nivel 3…
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DSC07759.JPG, chifa rojo oriental
DSC07766.JPG, indígena bus stop
Dormí pésimo pensando en el envío desde Estados Unidos, en el servicio al cliente que me ofrecería North Face, en el poco dinero que le dejé a mi mamá por si alguna cosa, en los vuelos internacionales y el procedimiento logístico de UPS o DHL para recogerlas en Quito, en si al devolverme y al deshacer mis pasos realmente encontraría mis putas varillas, en si al volver a la pensión Varsovia encontraría mi bicicleta y mi trailer. Aquí justo voy en bus, asombrándome con los 110 kilómetros que había recorrido. El cuento es que Luís Erazo tenía mis varillas. Me dijo que estaba esperándome. De los 8 dólares que llevaba, quise darle 5 y devolverme con los 3 restantes. Luís no los recibió. Dijo que mi viaje era largo y una vez más me deseó suerte. Mi puta cabeza. Los que me conocen saben que es así, que perfectamente estas cosas me pueden pasar – y me pasan frecuentemente. Que mierdas. Una vez más el pensamiento recurrente: llevo más cosas de las que puedo controlar. Tomo de nuevo un bus a Ibarra, la policía nos detiene pide documentación pasaporte verde a mi lado: colombiana. Allí la conozco. A partir de ahora se llamará Ximena Villa. Profesión, contrabandista.
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DSC07759.JPG, chifa rojo oriental
DSC07766.JPG, indígena bus stop
Dormí pésimo pensando en el envío desde Estados Unidos, en el servicio al cliente que me ofrecería North Face, en el poco dinero que le dejé a mi mamá por si alguna cosa, en los vuelos internacionales y el procedimiento logístico de UPS o DHL para recogerlas en Quito, en si al devolverme y al deshacer mis pasos realmente encontraría mis putas varillas, en si al volver a la pensión Varsovia encontraría mi bicicleta y mi trailer. Aquí justo voy en bus, asombrándome con los 110 kilómetros que había recorrido. El cuento es que Luís Erazo tenía mis varillas. Me dijo que estaba esperándome. De los 8 dólares que llevaba, quise darle 5 y devolverme con los 3 restantes. Luís no los recibió. Dijo que mi viaje era largo y una vez más me deseó suerte. Mi puta cabeza. Los que me conocen saben que es así, que perfectamente estas cosas me pueden pasar – y me pasan frecuentemente. Que mierdas. Una vez más el pensamiento recurrente: llevo más cosas de las que puedo controlar. Tomo de nuevo un bus a Ibarra, la policía nos detiene pide documentación pasaporte verde a mi lado: colombiana. Allí la conozco. A partir de ahora se llamará Ximena Villa. Profesión, contrabandista.
Fede. Ayuda técnica número 1.
Hacé un puto check list con las cosas que no podés dejar atrás. Para algo los gringos se inventaron los putos check lists.
PD. Si seguís encartado con el computador, recordá que yo te recibo ese chéchere.
PD2. Tanto te quejabas de las fotos pequeñas y todas las tuyas están diminutas. El pez muere por la boca.
Un abrazo fuerte amigo, más provisiones de ben-gay (no de ven gay) y listo.
martes, agosto 30, 2005
pilas con las cositas fundamentales, esa carpa tiene que llegar intacta a las`playas argentinas... no se, podrian adherirse a la vicicleta y así tenerlas a la vista, no?
como vas con los documentos personales? y las cajas porta-implementos pequeños?
muchas cosas que te van haciendo reblujo fede. atte, Chafita
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